Universitaria de curvas naturales

Tomé el vibrador bajo el mantel blanco, bajo mi vestido, y subí a mi ranura, hasta que descansó al lado de mi clítoris. El vibrador vibrante apenas era audible sobre la cafetera espresso en la siguiente. Me abrí camino hasta el clímax y le pregunté en voz baja: Señor, ¿puedo ir?

Om shantih shantih shantih

Ir con el flujo. No es extraño que una mujer disfrute de un empuje vigoroso en esta situación, mas luego cuando se acerca al orgasmo, prefiere una vibración constante. Con lo que evalúe sus reacciones y prepárese para reducir la velocidad y vibrar firmemente su clítoris si es preciso.

Sentimientos de culpa

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